Movimiento de población que consiste en dejar el lugar de residencia
para establecerse en otro país o región, generalmente por causas económicas o
sociales.
La emigración mexicana ocurre por diversos motivos, entre
los que destacan los académicos, empresariales e institucionales. Aunque la
mayoría de mexicanos en el extranjero residen en los Estados Unidos, cada vez
son más los mexicanos que emigran hacia otros continentes por motivos
esencialmente laborales, conyugales, educativos, aunque también lo hacen por
razones familiares o personales para el desarrollo en apertura de un negocio o
alguna empresa mexicana, con estancias en su mayoría de forma temporal, los
mexicanos logran tener la oportunidad de comercializar productos mexicanos en
todos los sectores sociales, económicos y culturales. Sus altos índices de
emigración son consecuencia directa de una pobreza estructural extraña para el
continente americano, solo equiparable a la de algunos países centroamericanos.
Famosos politólogos coinciden en que los 12 millones de emigrados, al separarse
de los 60 millones de pobres que aún no lo hicieron, son el vector social que
evitó una revolución de tipo maoísta en el país.
Al inicio de la década de 1970, debido a la crisis económica
que vivía México, mucha gente buscó mejorar su situación emigrando a las
ciudades. Las zonas urbanas crecieron de manera acelerada, aumentaron los
asentamientos irregulares y la demanda de vivienda y servicios públicos (agua
potable, luz, drenaje...). También se agravaron los conflictos sociales
característicos de la sobrepoblación, como la falta de empleo, la
contaminación, la sobreexplotación de los recursos naturales, la pobreza, el hambre
y la desnutrición, entre otros.
Uno de los problemas fundamentales de México, es el flujo
migratorio. Consecuencia de un desigual desarrollo económico, que pese a las
restricciones cada vez más drásticas del gobierno de EEUU, no ha sido posible
regular. Las zonas rurales de México han sido abandonadas por los campesinos
que han emigrado a Estados Unidos. Estas regiones se encuentran deterioradas,
infértiles, cuya riqueza productiva ya no es explotada; por sus habitantes, ni
recibido incentivos económicos para su reactivación. La razón es simplemente
que no hay quien las cultive. El campo resulta ser uno de los activos de la
economía, es decir, los productos del campo brindan gran parte del desarrollo
económico, y muchos de los cereales, o granos que ya no se producen, tienen que
ser importados, pagando precios muy elevados por su consumo.
La mano de obra representa otro factor que se está
perdiendo. En nuestro país la población económicamente activa está disminuyendo
en zonas alejadas. Es decir, aquellas que tienen menos población que el D.F.
Las cuales pierden a la población que podría trabajar no sólo en el campo, sino
en las industrias, esto va deteriorando la economía tales entidades.
Hay además, otros problemas de mayor gravedad, como la caza
de inmigrantes por grupos de civiles, que evadiendo la vigilancia de la
patrulla fronteriza, atacan con armas de fuego el paso de éstos. Una situación
que recientemente se reconoció y que tiene relación con la continuación de la
violencia sobre los derechos humanos de estas personas.
Por otro lado, los indocumentados mexicanos que logran
establecerse en Estados Unidos, definitivamente son beneficiados por sus nuevas
condiciones económicas, al igual que su familia, dentro o fuera de ese país,
puesto que envían dinero a México y contribuyen en gran medida a la economía
familiar. Si residen ya en EEUU entonces tienen acceso a la educación y a la
salud, en la medida que su situación migratoria se los permita.
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